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martes, 28 de febrero de 2012

Me prometo olvidar

Dejar la mente en blanco, aparte se queda lo que pasé a mi alrededor, creo que voy a cerrar los ojos y dejar que el tiempo pase, que la temperatura cambie, que la lluvia moje la tierra, que lleguen los arromas de las flores, voy a dejar ir estas fechas que tanto me recuerdan a ti, voy a olvidar este frió y el deseo de que me abraces.
Creo que si se va el tiempo menos doloroso será pasar lo que queda de invierno sola, sin ti.
Ya no tendré tus labios que me haga desvolcarse mi corazón, no estarán las yemas de tus dedos para hacer que se me excite la piel. No estará tu respiración para que pueda sonreír. No tendré tu barba de dos días que me raspe y tenga la excusa para poder decirte que hay algo que no me gusta.
Y yo ahora ¿Quien soy para decirte que me necesitaste? Sí en su momento te alejaste de mí, te fuiste de mi lado en el momento que más te pude querer, elegiste otros brazos, elegiste otro aroma, otros labios, otra persona con quien malgastar tu tiempo en felicidad.
Y yo estoy aquí, recordando dolor ha base de lagrimas, prometiéndome olvidar, cuando cada segundo te estoy recordando.

domingo, 19 de febrero de 2012

Catorcedefebrero❤

Ilusionada, hecha un manojo de nervios, impaciente, feliz, esa felicidad que se veía a kilómetros de distancia; con una peluche entres mis manos, liado en papel de regalo, defendiendo tu nombre, pensando inocentemente que sin más remedio llegarías a ser Valentina, aún me acuerdo de esa pelea, que duró casi, por no decir por completo, todo el camino; me acuerdo de que no me dieron la razón, bueno mejor dicho no me dejaron de engañar hasta que llegamos al hospital, que ya iba yo casi con las lagrimas saltadas por la rabia, de que no me dejaran tranquila, y sabiendo que yo tenía razón.
Aún me acuerdo ya de esa noche, esa noche lluviosa del mes de febrero, me acuerdo de ese día catorce que tú entraste en mi vida. Recuerdo ocho meses antes que mamá me pregunto que si quería un hermanito y respondí que no, ya que eso significaba cambios, cambios en los que no me veía preparada.Esa respuesta es una de las cosas de las me arrepiento por no decir de la que más. Porque un catorce de febrero de hace siete años entré en una habitación y cambió mi vida; vi a una personita pequeñita, indefensa, rodeada de mucha gente que la quería, esa personita tenía su piel de un color rosado, con sus mofletes rojizos, de ese color tan característico en esa personita. Esa personita con su pelo negro como el tizón y a la vez pino. En ese momento me di cuenta de que sin haberte visto nunca, eras alguien importante en mi vida.
Ese instante, el instante de verte por primera vez, lo estaba deseando desde el momento en que supe de ti, desde que vi cómo crecías dentro de la barriga de mamá, desde que dabas tus primeras patadas. Recuerdo tardes enteras esperando que dieras alguna, y mi cara de asombro aparecía en ese momento acompañada de una sonrisa en mis labios.
Contigo tengo más de un millón de recuerdos, pero mi favorito es este, y siempre lo será,porque ese momento fue cuando empezaste a formas parte de mí.
También recuerdo de esa noche cuando estaba deseando cogerte en brazos, pero no se fiaban de mí, tenían miedo de que te escurrieras de mis brazos; recuerdo sentarme en el sillón, decir "¡Dámela!" refiriéndome a ti y que te pusieron en mis brazos; recuerdo tu suave y caliente piel, tus mofletes arder, tus manos manos alargadas, tus uñas más largas que las mías... Recuerdo tus ojos abiertos, bien grandes.Ese día entrante en mi vida y a cambiaste por completo, porque ahora mi vida es mejor gracias a ti, a ti y todos los recuerdos vividos juntas y los que nos quedan por vivir.
Esos momentos que nunca olvidaré.

sábado, 11 de febrero de 2012

Amor de primavera.

Conocí el amor acaricia tras acaricia, sentí las mariposas en el estomago cuando tu mirada me empezó ha desnudaba, descubrí que sus ojos son más poderosos que cualquier fuerza de viento, que sus brazos al abrazarme me transmitían más calor que el sol en pleno mes de agosto.
Me di cuenta que el destino dejo de ser mi guía, y él se convirtió en mi destino, el dibujo los pasos que yo debía seguir, fue como un camino hacía él que mis pies lo recorrían solos.
Deseo que le pedía a las estrellas, guía de mis recuerdos, luz que me ilumina, se fue convirtiendo.
Sus brazos recorrían mi cintura y me pegaban hacia su pecho, mis oídos solo escuchaban el latido de su corazón compaginado con el de su respiración, solo debía cerrar los ojos para darme cuenta de que había muerto y estaba en el cielo abrazada de un ángel.
Prefiero pasar frió,si así se que sus brazos me agarrarán, me encantan esos silencios donde solo se escucha su respiración, y mi corazón acelerarse ya que él esta junto ami.
Me encanta eso de buscar sus defectos y encontrar que son sus virtudes, que es perfecto, que es él a quien quiero, que es lo que hoy necesito para sonreír, y para poder soñar.
Es el motivo de mi existencia, el que madrugue con una sonrisa, el que salte, y grite de felicidad. Es el motivo por el cual que hoy vea un mundo diferente.

domingo, 5 de febrero de 2012

A salir el sol.

Pensar que ya te he regalado hasta la ultima de mis acaricias, saber que mi piel y tu piel serán como polos opuestos y no se volverán a rozar, recuerdos que llegan mientras que me encuentro sentada en mi cama, mirando como amanece, giro mi cabeza para rogar que tu cuerpo este acostado y tenga ese sueño tan placido, pero me giro y veo la cama hecha ni una sola arruga, estaba perfecta como el día que te fuisteis.
Se acabaron los besos de buenos días, los desayunos en la cama, el café corriendo por las sabanas mientras que nos besábamos, se acabó que mi pelo se cubriera de mantequilla, se acabo que me estorbasen las sabanas. Murieron las arrugas en los ojos de esa inmensa sonrisa, de tanta felicidad; el despertador suena y me falta ese abrazo, y esos <<Buenos días>>, me falta abrir los ojos cada mañana y verte hay dormido a mi lado, me falta tu barba de dos días, besándome la mejilla.
Me doy cuenta como el sol sobresale de los edificios de la ciudad me doy cuenta de que me tengo que afrentar a echar de menos cada despertad de un pasado.