.

.

lunes, 24 de agosto de 2015

Rotos

Siempre está la posibilidad de que nadie pueda imaginarse el peso que llevas a la espalda. Existe la opción de que seas una fachada de carmín rojo y un vestido ajustado o que te escondas entre ropa ancha. Puede que intentes huir entre libros o en camas ajenas pero aún así sigues estando igual de rota.
Puede que no te rompiera una sola persona, sino que te rompió un ejercito cargado de desamor o  el conjunto de todas esas personas que siguieron de largo dejando la esperanza de volver. Piensas que ahora eres los pedazos de cada caída que no supiste reponerme, o simplemente puede que palabras ajenas tus actos me destrozaran; pero eso aún no lo sabes. Eres cociente de que todo te deja pequeñas cicatrices que intentas disimular -y no lo consigues- . 
Te ha derrumbado cada mentira, cada decepción y cada preocupación; y aún así, sigues pensando que no pasa, que todo es normal o que ya vendrán tiempos mejores.
No quieres asumir que vives en un eterno círculo que no remueve tu pasado con tu presente y cambia tu futuro. No te atreves a abrir los ojos y asumir que todo aquel que te rodea es una persona tóxica, que tarde o temprano te abandonará, te mentirá -ninguna mentira es piadosa- y te decepcionará. Recaerás en la oscuridad, asumirás las nuevas cicatrices y seguirás como si nada hubiese pasado. Sin embargo, sabes que ha ocurrido.


Vivirás siendo una persona rota, siendo cachos de los errores de los demás. Mentirás diciendo: ''Estoy bien", decepcionarás ocultándote y abandonaras porque saldrás corriendo antes de que nada empiece. Te darás cuenta que tú también rompes, que eres una persona tóxica porque te destrozaron. Y lo peor de todo será que aún añoraras tu antiguo tú y cada buen momento.