Se acabaron los besos de buenos días, los desayunos en la cama, el café corriendo por las sabanas mientras que nos besábamos, se acabó que mi pelo se cubriera de mantequilla, se acabo que me estorbasen las sabanas. Murieron las arrugas en los ojos de esa inmensa sonrisa, de tanta felicidad; el despertador suena y me falta ese abrazo, y esos <<Buenos días>>, me falta abrir los ojos cada mañana y verte hay dormido a mi lado, me falta tu barba de dos días, besándome la mejilla.
Me doy cuenta como el sol sobresale de los edificios de la ciudad me doy cuenta de que me tengo que afrentar a echar de menos cada despertad de un pasado.
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