.

.

viernes, 22 de mayo de 2015

Caos

Nos hemos roto en tantos pedazos que no nos encontramos. Tú eres norte y yo sur. Yo soy oriente y tú occidente.
Estábamos tan esparcidos que no había forma de unirnos. Puede que por eso tú seguías tu camino y yo daba tumbos sin sentido buscando a alguien que me reconstruyera. Alguien que recostruyera el destrozo que tú provocaste, porque eso  es lo que ocurre cuando juntas el orden y el desorden, se puede crear el mayor caos existente.

jueves, 21 de mayo de 2015

Todo tiene que ver contigo.

Yo no colecciono sellos, yo colecciono cada una de tus miradas.
Yo no paseo por el campo, yo paseo por el cielo de tus caderas.
Yo no bebo en copas de cristal, yo bebo en tus labios.
Yo no juego con muñecas, yo juego con los mechones de tu pelo.
Yo no duermo para soñar con ángeles, yo duermo para soñar contigo -mi ángel-.
Yo no grito lo que siento, yo lo susurro a tu oído.
Yo no reconstruyo ciudades, yo reconstruyo tu corazón roto.
Yo no imagino un futuro, yo imagino un presente contigo.
Yo no sé que me espera, yo sé que me esperas tú para cenar.
Yo no escucho musica, yo te escucho gemir a mi espalda.
Yo no pinto cuadros, yo pinto los lunares que tienes en tu cuerpo.
Yo no escribo a las musarañas, yo escribo a los recuerdos.
Yo no vivo por mí, yo vivo por ti.
Yo no quiero a nadie, yo te quiero a ti.

viernes, 15 de mayo de 2015

Terceras oportunidades

Hacía tres años que no me encontraba con él de frente, demasiado tiempo sin miradas de reojo y sin morderme los labios para contener las ganas de besarle. 
Puede que yo naciera para quererle todos los días de mi vida. Puede que yo naciera para recordar como me desabrochaba la camisa y como se aceleraba su respiración. Lo mismo debo de tener presente como recorría mi cuerpo con sus labios o como yo arañaba su espalda. 
Y es que puede que me aferro demasiado al pasado porque aún sigo necesitando que me mire a los ojos cuando estaba desnuda enfrente suya o que me bese en los labios sin saberlo. 
Pero nos llegamos a dar cuenta de que las segundas partes nunca fueron buenas, pero ¿quién dijo que las terceras partes serían malas? Así que no perdía nada por besarle otra vez, no perdía nada por dejar que sus manos se deslizaran por mi espalda hasta llegar a mi muslo, no pasaba nada por volver a sentirlo entre mis piernas.
Bueno sí pasó algo, ahora creo en las terceras oportunidades, creo en él y en que nací para quererlo. 

domingo, 10 de mayo de 2015

Ofrecí poesía a cambio de nada

Tú querías más de lo que te podía dar y eso hizo que te fueras sin intención de volver.
Yo te ofrecía poesía, te ofrecía una banda sonora solamente para ti, te proponía viajar sin salir del sofá o de la cama, te di noches que se volvían en amaneceres, abandoné mis miedos por ti, te regalé mis sueños para que fueran también los tuyos y convertí los tuyos en míos. Te proponía huir y perdernos mientras que tú  buscabas una brújula y un mapa, te intentaba despeinar mientras que te besaba pero deslazabas mis dedos de tu pelo. Te entregue toda mi fe, todo mi deseo y todas mis ganas para que tú no le dieras importancia. 
Te ofrecí café por las mañanas acompañado de besos lentos, te di la oportunidad de conocerte a ti mismo, de conocerme a mí y puede que te regalase a mí misma. 
Mientras tanto yo sólo te exigía amor mientras te dedicabas a leer el periódico, y es que era lo único que hacías, leer el periódico mientras que rechazabas la poesía, el sexo salvaje, y a mí.

viernes, 1 de mayo de 2015

-

Deslicé lentamente mis dedos por su columna vertebral dibujando un arco perfectamente lineado de abajo a arriba. Acaricié los tres lunares de su hombro derecho, noté como su vello se erizaba cuando mi respiración se aceleraba mientras me acercaba a su cuello. Rocé con los labios su cuello y noté como se estremeció acto seguido.
Aún recuerdo nuestra primera noche juntos. No recuerdo si fuimos movidos por la atracción y la lujuria o por la cantidad de alcohol que llevábamos en vena. Esa noche no podíamos parar de besarnos para desnudarnos. Terminó rompiéndome la cremallera de la falda ajustada y quitando con desesperación los peluches de mi cama. Cómo se nota que en esa época eramos unos simples adolescentes que vivían con sus padres y se dejaban llevar por las ganas. Nos dejamos llevar tanto por las ganas que no nos dimos cuenta de que mis padres acababan de llegar a mi casa hasta que no empezaron a vocear mi nombre. Acto seguido todo el calor desapareció, terminé escondiéndolo debajo de mi cama y vistiéndome como alma que lleva el diablo. Así fue nuestra primera noche juntos, el durmiendo debajo de mi cama y temiendo que nos descubrieran. 
La verdad que ese día estaba al borde de la taquicardia pero ahora, cinco años después, creo que es lo mejor que me paso en mi vida. Llega el momento en el que te das cuenta que necesitas a alguien de una manera intensa y pura, que te da igual fallar o equivocarte si tienes a alguien que te apoyen o que te deja de importar cometer errores si él los comete contigo. Te das cuenta que la intensidad con la que se deseaban dos simples adolescentes sigue presente, y que cada beso es más cercano al anterior y que cada 'te quiero' es más real que el último.