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jueves, 29 de agosto de 2013

Esta mañana me ha tocado saltar de la cama, con el espantoso sobresalto del despertador, como cada mañana abro el armario, <<¿¡Pero que me pongo!?>> ;termino cogiendo lo primero que veo, corriendo y con la tostada en la mano espero al autobús.Siento como mi nariz se vuelve cada vez más fría. Cansada de la rutina,veo al viejo conductor con su blanco bigote y el triste olor a tabaco(en esos momentos prefiero llevar una pinza puesta en la nariz). Hoy, como otro cualquier día no hay sitio, ya cansada,de esto de sentarse con la 'friki' de segundo pero bueno que ella siga en su mundo, que yo continuaré en el mio. Esta es mi rutina desde que empecé el 'agradable' comienzo de la educación secundaría, y así ya van cuatro años, y los que aun me quedas, pero en fin, así de interesante es mi vida.
 Pasan las horas de condena...Otra clase en la que me paso dibujando en mi cuaderno,  pensando <<¿Esta noche, que voy hacer?>> (La verdad no sé ni porque tengo ese pensamiento, si luego toca lo mismo de todas las noches... Quedarme dormía en mitad de la misma canción, al final nunca escucharé el final, pero bueno no hay nada más interesante por aquí). Me da por mirar el reloj, me doy cuenta que son tres minutos, lo que me queda de tortura, recojo todo como alma que lleva el diablo, y rezo para que la aguja del segundero vaya más rápido cuando escucho *piiiiiiiiiiiiiiiiiiiii...* es una de las pocas alegrías que recibo al día. Por fin toca media hora de descanso como siempre aprovecho para ir al baño y asustarme de mi pelo; pero en fin da igual poco me importa no hay nadie lo bastante interesante para que me llegue a conseguir a que madrugue, para poder arreglarme el pelo.
Como todos los días, me pican mis ojos de las lentillas,el maquillaje como por arte de magia se fue, lo único que se salvan son mis ojos siguen negros, tal como a mí me gustan.
Me quedo sentada al sol, con mis amigas, ellas que son 'mis hermanas', nos reímos de nosotras mismas y sonreímos al asqueroso miércoles deseando que sea viernes y poder darle unas alegrías al cuerpo.
Pero mi sonrisa se borra rápido, en cuanto escucho el dichoso *piiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii...* que poco antes me había dado tanta felicidad.
Con resignación cogí la mochila, y empecé a subir escaleras, y cuando me dirigía ala clase , alguien me empujó y se me calló la carpeta al suelo, y salieron disparados cada uno de mis dibujos, cuando me gire a decirle con un poco de agresividad <<¿¡Pero,dónde tienes tus los ojos?>>, me di cuenta que a partir de ese momento tenia una razón para madrugar.