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domingo, 19 de febrero de 2012

Catorcedefebrero❤

Ilusionada, hecha un manojo de nervios, impaciente, feliz, esa felicidad que se veía a kilómetros de distancia; con una peluche entres mis manos, liado en papel de regalo, defendiendo tu nombre, pensando inocentemente que sin más remedio llegarías a ser Valentina, aún me acuerdo de esa pelea, que duró casi, por no decir por completo, todo el camino; me acuerdo de que no me dieron la razón, bueno mejor dicho no me dejaron de engañar hasta que llegamos al hospital, que ya iba yo casi con las lagrimas saltadas por la rabia, de que no me dejaran tranquila, y sabiendo que yo tenía razón.
Aún me acuerdo ya de esa noche, esa noche lluviosa del mes de febrero, me acuerdo de ese día catorce que tú entraste en mi vida. Recuerdo ocho meses antes que mamá me pregunto que si quería un hermanito y respondí que no, ya que eso significaba cambios, cambios en los que no me veía preparada.Esa respuesta es una de las cosas de las me arrepiento por no decir de la que más. Porque un catorce de febrero de hace siete años entré en una habitación y cambió mi vida; vi a una personita pequeñita, indefensa, rodeada de mucha gente que la quería, esa personita tenía su piel de un color rosado, con sus mofletes rojizos, de ese color tan característico en esa personita. Esa personita con su pelo negro como el tizón y a la vez pino. En ese momento me di cuenta de que sin haberte visto nunca, eras alguien importante en mi vida.
Ese instante, el instante de verte por primera vez, lo estaba deseando desde el momento en que supe de ti, desde que vi cómo crecías dentro de la barriga de mamá, desde que dabas tus primeras patadas. Recuerdo tardes enteras esperando que dieras alguna, y mi cara de asombro aparecía en ese momento acompañada de una sonrisa en mis labios.
Contigo tengo más de un millón de recuerdos, pero mi favorito es este, y siempre lo será,porque ese momento fue cuando empezaste a formas parte de mí.
También recuerdo de esa noche cuando estaba deseando cogerte en brazos, pero no se fiaban de mí, tenían miedo de que te escurrieras de mis brazos; recuerdo sentarme en el sillón, decir "¡Dámela!" refiriéndome a ti y que te pusieron en mis brazos; recuerdo tu suave y caliente piel, tus mofletes arder, tus manos manos alargadas, tus uñas más largas que las mías... Recuerdo tus ojos abiertos, bien grandes.Ese día entrante en mi vida y a cambiaste por completo, porque ahora mi vida es mejor gracias a ti, a ti y todos los recuerdos vividos juntas y los que nos quedan por vivir.
Esos momentos que nunca olvidaré.

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