.

.

domingo, 25 de noviembre de 2018

Soy demasiado pequeña para este inmenso mundo

Soy una pequeña niña
que aún se raspa las rodillas
intentando esconderse.
Pero siempre la encuentran.
Me cogen por los hombros
y me vuelven a llevar al laberinto.
Anochece.
Pero no son ni las cinco.
Es esta ciudad que esconde al sol
entre sus leves edificios
y este humo que huele a tristeza
y se queda en la garganta.
Es este frio
que se ha convertido en mi cuerpo
y ahora las letras
pagan por el destierro
porque me he quedado sin hogar,
no me quedan huesos por romperme.
He camino por todas las calles sin salida,
pero he conseguido escaparme
por la mínima grieta.
He visto el reflejo de la luz,
y te juro
que me pareció ver tu silueta.
Tu mano saludándome.
Tu cuerpo rogándome que vuelva.
Tú, tú, tú.
No me quedan fuerzas para el abrazo.
Me vuelvo a la oscuridad
y te vigilo desde reojo.
Te dibujo.
Pero solo con la tristeza de un baile sin pareja.
Trazo nuestra casualidad
que vuelve al pasado
donde la ciudad se alumbraba así misma,
donde no habían calles,
donde yo me movía libre
y sin miedo.

domingo, 2 de septiembre de 2018

Música

Recuerdo como entraba en ese pequeño bar de las paredes chillonas. Me acerque a la barra y empuje levemente mi cuerpo hacia ella, pedí una cerveza y sonaba "Si te vas, me quedo en este callejón sin salida"; tarareaba la canción, di un trago, me giré y te vi. Extremoduro tenía razón. Si te ibas, me perdería hasta el punto de no encontrar ningún otro cuerpo al que aferrarme. 
Comenzó sonar Izal, y mi vestido verde de lunares confirmó que tú siempre me dices que sonría mientras que yo prometo rescatarte. Así, esa noche "atrapamos corazones con disparos en su honor" como toca Vetusta, "pero mírame, soy feliz" a pesar del dolor. 
Y ahora sé que si algún día no estás, echaré de menos "hasta su caminar, su de despertar, su forma de mirar y hasta su mal humor" y Supersubmarina habrá escrito canciones de amor para nosotros.
Porque eres un rayo que rompe en dos los miedos de este cuerpo triste porque entre tú y yo solo existe la Electricidad de Carlos Sadness; y te digo a los labios que cada día solo "Te quiero un poco y nada más" aunque mi amor es un cohete que viaja por el Universo. 

Le haremos los corros a Lory Meyers mientras que los pies se nos llenan de arena. Gritaremos alto  que "Eres tú quien va a cambiar el mundo que destrozará las teorías de la humanidad" porque eres un huracán que alimenta mi locura porque solo sabes hablar con el corazón. Me mirarás y te recitaré mi poema favorito de Escandar que comienza así: "Yo amé, con perdón. / Amé por encima de todas las cosas, que es, / permítanme que les diga, / de la única forma en que se puede amar" y ahí entenderás que te quiero haciéndote refugio de mis ruinas porque sé que contigo estaré a salvo. 

Brindaremos con cervezas llenas porque "Hoy empieza todo"  mientras que entendemos que "que todo lo que importa está en el aire" y aplaudiremos a rabiar a Viva Suecia. Nunca me quedaré con las ganas de decirte que te voy a echar de menos, pero Zahara pondrá banda sonora a nuestro amor porque "No me esperaba que quién provocó todos los incendios sería quién también los apagó". 

Te quiero. Sé que te quiero porque desde que te conocí todos mis poemas hablan de ti. "Te quiero sin motivos y también por mil razones. Yo te quiero porque al escuchar tu nombre yo necesito sujetarme el corazón" y sé que quiero porque Todos mis futuros son contigo. 

Contigo he entendido qué es la música; y la música somos los dos siendo nuestros. 

domingo, 29 de abril de 2018

De verdad, te amé.

De verdad, yo te amé.



Te amé haciéndote refugio
de las ruinas que habitan en mi cuerpo
siendo el arquitecto de lo que hoy considero
un mi verdadero yo.

Por encima del aire
vi como has sobrevolado
cada abatida
y has luchado por mí
hasta que mi te dejó sin fuerzas
y no pudieses cogerme en peso
para seguir hacia adelante.

Has sido soldado
que has hecho de mi guerra
la tuya
y contigo en el campo de batalla
no eramos víctimas,
eramos los héroes que destruían
miedos ajenos.

Por encima de las margaritas
que habían siempre en la mesa del comedor
mientras que sonaba Love, love, love
y yo la tarareaba inventándome la melodía.
Sin embargo, tú reías
y me mirabas como el soñador que mira al infinito.

Te he leído a Egea,
y viví contigo el Otro románticismo
dejándote  las puertas abiertas de casa
porque te esperan los libros,
el café
y yo.

Porque duele
hasta el pecho encogerse
y no volver respirar
hasta ahogarnos
hasta que el aire se desprenda
hasta no ser nada
hasta que no nos quede nada
hasta que mi amor, tú, no puedas revivirme.

Porque quema
hasta convertirnos en la llama
que nos hace ser cenizas
removidas por el viento
hasta ser polvo.

La tristeza vuelve a chocar contra el cristal
y quedan pedazos desojados
como el ataque del amor a los pétalos.

Aunque la vida,
nuestro amor
esté disperso:
De verdad, que te amé.

Se han encontrado
entrelazando sus dedos
han visto que podían ser una endeble luz,
pero luz.