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lunes, 9 de junio de 2014

Abre tus ojos y mírame.

Otra noche abrí los ojos en plena madrugada esperando verte a mi lado, miré el móvil por si me escribiste que llegabas tarde pero no hay nada. No puedo acostumbrarme a estar sin ti, a darme cuenta de que te perdí y no soy capaz de cerrar los ojos y no acordarme de ti.
Ahora mis noches son más largas, no encuentro el sentido de estar aquí si tú no me agarras la mano y me dices que todo irá bien... Te echo tantísimo de menos, necesito tener tu respiración en mi espalda, que me mires y me hagas sentir única pero tuviste que irte, irte para no volver para que yo me rompiera por dentro, para que no pueda seguir adelante.
Sé que tú no tienes la culpa de no estar aquí conmigo compartiendo una botella de vino enfrente de la chimenea, pero recuerdo que decías que todo iría bien, que eras fuerte y nada te separaría de mi lado y fíjate aún me tienes aquí llorando porque no estás, porque te fuiste sin mí.
Nunca te lo perdonaré, me da igual que no sea tu culpa, pero entiéndeme ¿qué hago yo ahora con todos esos recuerdos? Porque no los puedo olvidar, no puedo olvidar a una persona que me cambio la vida, quien me demostró que lo esencial se encuentra en lo más difícil de ver y que el otoño era mi estación favorita. Me prometiste que me ibas a dar todos los días las 'Buenas noches', que me ayudarías a tomar decisiones que no me dejarías que me perdiese en mi misma, y ahora mismo no sé ni quien soy sin ti.
Y ahora no puedo susurrarle a nadie ninguna canción al oído, no puedo sonreír porque sea feliz, ni puedo decirte que esta noche haces tú la cena. Ahora solo puedo abrir los ojos e imaginarte que te tengo cerca, que aún puedo llevarte el café recién hecho a la cama y darte un beso de 'Buenos días'.