.

.

domingo, 29 de mayo de 2016

Lo que nunca te dije

Siempre he caminado en silencio, siendo un despojo de recuerdos y olvido. Me arrepiento de no haberte dicho que te quería cuándo llevaba años haciéndolo aunque no de qué manera lo hacía, si era cómo Julieta y daba mi vida por tu pérdida o si era lujuria marcada por la oscuridad de la noche, música alta y litros de cerveza. Pero sí, te quería de una forma u otra, algo había.

He intentado olvidarte. Vivía en arenas movedizas cada vez que intentaba avanzar, me hundía más. Has llegado a ser mi soga, me oprimías y me cortabas hasta cada hilo de aire

Escribo para ti, te escribo todos los días y de todas las formas. A veces, hablo de ti a pieles de desconocidos, rebuscando tu tacto mientras que suspiro porque algún día seas .  Sigo buscándote en un cuerpo que me quiera y no se aleje partndome el alma.

Aún hago guardias para protegerte de tus monstruos y espantarte los fantasmas que te rondan en tus días grises. Creo que siempre estaré ahí, a tu lado sin coraza y con una espada luchando con todo lo que tú no puedas.

Sigo en el mismo sitio dónde me dejaste, esperando(te) que alguien pase y me recoja para dejar de estar atada en la misma calle sin salida. Te quiero y quiero olvidarte; no sé cuánto tiempo te recordaré, si esto es una carta de despedida o la última esperanza que me queda para que vuelvas aunque nunca me leas, aunque nunca me desnudes.

sábado, 21 de mayo de 2016

"Me agarró por la cintura cuando daba un paso ciego hacia el borde del precipicio. Me hizo dar dos pasos hacía atrás y media vuelta. No miré hacia abajo, miré a sus ojos y noté sus dedos rozándome. Podía respirar , suspire, me alivió ver que no salté al vacío y que alguien supo cogerme a tiempo.
Por fin, mis demonios fueron espantados y mis monstruos guardados en el armario. 
Bailaba en los acantilados con cuidado de no tropezarme, cada paso en falso era sumergirse en las tinieblas y ahogarse por la niebla aunque siempre encontraba la luz. Él me iluminaba con ideas sin sentido, con locuras mayores y con vida.
Me llenaba de vida cada ves que estiraba la soga, me salvaba de mis miedos, y el infierno ya no quemaba, sólo era algo más frio de lo habitual."
"La lluvia me recuerda a ti. 
Siempre viviendo en un mundo gris, caminando contra el viento e intentando buscar una salida del infierno en mitad de la niebla. 
Me escondía de mí y pocas veces intentaba buscarme, canturreaba al compás de los truenos y me relajaba ver el mar embravecido. 
Mientras que tú, bueno eras el rayo que iluminaba mis tinieblas, se me hacia tan extraño encontrar luz cuando estaba poseída por la oscuridad. Pero así eras tú, llenabas todo de vida aunque yo marchitaba margaritas, intentabas salvar almas mientras que yo creaba huracanes para marearlas.
Te gustaba ver cómo caía el aguacero y todo el mundo se escondía "para dejarnos intimidad" decías, pero Cielo, contigo yo era una tormenta de cuentagotas, mi lluvia era fina y cálida.
Tú hacías que dejase de ser una catástrofe y dejase salir a Arcoiris dejando atrás mis tinieblas.
Contigo no era Tormenta, era lluvia"
"Has nacido para morir, 
Siempre vienes para irte,
Idas y venidas,
Saludos y despedidas.
¿No pensarás que eres eterno? 
Porque mañana serás Recuerdo
Y pasado serás Olvido.
Crees que devorarás el mundo,
Que vivirás locamente,
Y besaras tantos cuerpos que no podrás contarlos.
Pero no, el tiempo vuela
Y tú no eres viento
Ni si quiera eres brisa.
Eres una hormiga en un mundo de gigantes.
¡Cuidado que te pisan!"
"Nos quisimos tan rápido y de una forma tan loca que cada vez que nuestros dedos se entrelazaban había fuego. Brotaba una leve llama en el estomago y se expandía por cada fina vena de nuestro cuerpo.
Nuestra sangre prendía haciéndonos ser presas del calor. Estábamos acorralados, sólo buscábamos desprendernos de todo -de todo lo puesto- y beber del uno al otro.
Puede que fuesen las llamas, el arder del estómago o el fuego que nos quemó tanto que acabamos siendo cenizas que el viento desperdigó en direcciones opuestas.
Hoy sigo siendo cenizas, y sigo buscando esa parte de mí que se fue contigo.
Mitades incompletas
O
Piezas rotas de un puzzle.
Intentamos encajar a la fuerza,
Dándonos de golpes,
Golpe uno,
tras otro.
Recortamos nuestros bordes,
–dejando de ser nosotros, cambiandonos–.
Nos lesionamos, nos rompemos, recosemos nuestras heridas.
Queremos encajar, queremos ser uno y ya no sabemos cómo hacerlo.
Fuego es destrucción.
Fuego camina por Tierra prendiendo todo lo que se encuentra a su paso.
Tierra busca humedecerse -revivir- llama a Agua.
Agua mata a Fuego, lo acorrala.
Fuego se queda inmóvil,
Sólo va a ser catástrofe,
Pasado negro
Y presente gris.
Pero Aire aparece y corre a su lado.
Aire aviva a Fuego.
Fuego sigue a Aire.
Y ahora Destrucción encontró a su Caos.
Fuego camina por la Tierra,
Aire aparta a Agua de Fuego,
Agua alimenta a Tierra para que Fuego pueda prender por ella.
Te echo de tantas formas y tan diferentes.
Te echo en falta cuando llueve, cuando suena nuestra canción o voy caminando sin sentido —a veces, miro al lado para ver si estás–.
Te echo de mi vida, de mis añoranzas y mis tristezas. No quiero días felices y que tú estés –o puede que la felicidad se acabase al irte—, no quiero ver cómo vuelves, cómo regresas y yo olvido las penurias por el cariño que te tengo.
Me paso los días echándote de más y de menos. Me paso la vida pensando(te) de qué forma te echo.