.

.

martes, 18 de octubre de 2016

Por ti

Tenía el cuerpo lleno de heridas,
algunas cicatrizaban,
otras sangraban 
y yo sólo tenía tiritas para su dolor.
Abracé tanto su cuerpo
que olvidé que mi corazón
dejaba de latir
y pocas veces podía respirar.
Quise salvarlo,
yo ya caminaba por el infierno,
pero él se merecía tocar el cielo.
Acaricié cada una de sus lagrimas,
besé sus males
aunque estuviese caminando por arenas movedizas.
Adoraba las plumas de sus alas
y la luz que desperdía sus ojos
no podía dejar que se apagase.
Pocas veces vendí mi alma
al mismo diablo
para que conociera el paraíso
y me dejará en mis tinieblas.
Yo prefería arder
por verle brotar de sus miedos

No hay comentarios:

Publicar un comentario