.

.

jueves, 13 de julio de 2017

Despedida

Como una colilla
apagada en la piel.
Veintidós latidos al descompás
de un grito ahogado
por las manos del pasado.

Tanto miedo,
Tanto llanto
y el corazón sollozando
por el camino.

El alma que susurra
y todos los demonios se revelan
al paso de las luciérnagas.

Nunca hay suficiente luz,
nunca hay suficiente amor
para cubrir las cicatrices
para superar cada "quizás"
que nuestro cuerpo ha dictado
deslazando nuestras manos.

Cómo cuándo quieres
cada día,
cada segundo,
cada seismo,
pero huyes.

Como la vela de cumpleaños
que se apaga antes de soplar.

Como el sueño
antes dormir.

Todo antes de ser nada.

¿No nos habremos equivocado?
¿No nos habremos fallado?
Que nos despedimos
sin repetir el adiós.

Adiós, mi luz.
Adiós, mi paz.
Adiós, mi lluvia.

Que salgo corriendo entre la tormenta.
Me despido
aunque quiera volver
hoy,
mañana
y cada día de mi vida.

Adiós, mi luz.
Adiós, rayo que partías la oscuridad en dos.

Adiós, mi paz.
Adiós, a las banderas blancas
en mi propia guerra.
Adiós, a las margaritas.

Adiós, mi lluvia.
Adiós a ese cielo que nos une.

Con veintidós latidos al descompás
le lloro al "ojalá"
porque no somos,
porque nunca hemos sido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario