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lunes, 2 de enero de 2017

Diablo o ángel

Ahí estaba el Diablo llorando con una película de amor mientras que los ángeles desde arriba hacían planes para sabotear al propio Dios. El Diablo tiene cicatrices que no sanan como las tuyas y los ángeles se van de juerga y vuelven apestando a Whisky. 
Ni ellos son tan buenos, ni tú acabas con campos de margaritas queriendo. Entonces, ¿qué haces acumulando errores? Échate un trago y deja al pasado irse con una simple moraleja. 
Que no arreglas vidas con tantos lamentos, sólo un perdón a tiempo o a destiempo puede salvarte a ti -o a la otra persona- de seguir creyéndote Diablo que aún le llora a la soledad.
¿Qué haces que aún no has perdonado a tus sombras? Si sólo están cuando te empeñas en mirar hacía atrás en vez de frente.
Todos tenemos pasado, pero no quieras que sea tu presente ni tu futuro. Cierra los ojos y escucha tu canción como cuando los días eran fáciles o simplemente tararea un puñetero anuncio, pero no pienses, sólo crea una melodía.
Equivocarse es demasiado fácil, lo difícil es conseguir en cada tirada el premio de la feria; pero aún así, jugamos, nos equivocamos y si nos llega el bolsillo y las ganas volvemos a tirar. Tengo monedas sueltas, a este fallo invito yo.
Hasta Diablo se arrepiente de haber sido bueno, pero ahí está en su sofá llorando desconsoladamente porque los protagonistas se juraron amor eterno. ¿Y tú? ¿Te arrepientes de haber sido bueno o malo?
Sí equivocarse es la acción natural de los humanos, de nosotros ya que aprendemos de nuestros errores y todo sería más aburrido si se consiguiera todo a la primera; el arrepentimiento es el sentimiento natural porque nos inculcan que seamos buenos, callados y fuertes, pero pocas veces somos así. Somos de buscar buscar de cosquillas al asesino o al inocente, de gritar a quién nos susurra y derrumbarnos en el primer paso que se da con el pie izquierdo.
Puede que tú seas como el Diablo que a veces tiene corazón y llora o como los ángeles que tocan melodías con su arpa, pero a veces necesitan ver arder su alrededor.
Seas quién seas, es normal. Nadie te dijo como había que ser entre los humanos. Ninguno sabemos actuar entre nosotros.

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