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domingo, 27 de diciembre de 2015

He escuchado mentiras piadosas que sólo eran mentiras,
He escuchado verdades maquilladas que hacían más daño,
He escuchado desprecios en tonos irónicos,
He escuchado voces que no decían nada,
He escuchado susurros que me derretían,
He escuchado arrepentimientos falsos,
Y embusteros siendo sinceros,
He escuchado como habla el vino después de dos botellas,
Y cómo hablaba el dolor en muecas en los labios,
He escuchado como hablaban mis decepciones
Callando mis alegrías,
He escuchado lágrimas de felicidad
Pero aún más de angustia,
He escuchado demás y me queda tanto por escuchar,
Porque he llegado a escuchar al mundo  equivocarse –yo equivocándome–
Aunque no he escuchado ningún arrepentimiento –el mío tampoco—.
Sin embargo, también he escuchado música.

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