Tú querías más de lo que te podía dar y eso hizo que te fueras sin intención de volver.
Yo te ofrecía poesía, te ofrecía una banda sonora solamente para ti, te proponía viajar sin salir del sofá o de la cama, te di noches que se volvían en amaneceres, abandoné mis miedos por ti, te regalé mis sueños para que fueran también los tuyos y convertí los tuyos en míos. Te proponía huir y perdernos mientras que tú buscabas una brújula y un mapa, te intentaba despeinar mientras que te besaba pero deslazabas mis dedos de tu pelo. Te entregue toda mi fe, todo mi deseo y todas mis ganas para que tú no le dieras importancia.
Te ofrecí café por las mañanas acompañado de besos lentos, te di la oportunidad de conocerte a ti mismo, de conocerme a mí y puede que te regalase a mí misma.
Mientras tanto yo sólo te exigía amor mientras te dedicabas a leer el periódico, y es que era lo único que hacías, leer el periódico mientras que rechazabas la poesía, el sexo salvaje, y a mí.
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