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lunes, 3 de junio de 2019

Amar es una palabra

Amar es aprender a abrazar al frío. Agarrar la piedra que tenemos por corazón, apretarla y romperla, trocearla hasta hacerla arena. Sentir que te descompones, te agrietas y te vacías para que el viento ocupe tu organismo y solo sentir remolinos por dentro.

Es conocer a la soledad. Sentarte con ella y buscar cosas que os gusten a los dos, pasar todo el tiempo posible juntos hasta poder reconocerte en los ojos verdes. Que la soledad sea tu mejor compañera en los días soleados. Pasar los días, sacarla al exterior, caminar por el mar agarrados de la mano y sentirte totalmente feliz mientras que las olas alcanzan tus pies.

Amar es entender que la tristeza viene cuando no la quieres. Que se queda. Que te besa la mejilla todas las noches, te arropa, te canta una nana y te acuna hasta que te quedas dormido. La tristeza viene y no sabes porqué, pero ahí está y aprendes a pervivir con ella. Le dejas el auricular derecho para que escuche la misma canción que tú. Compartís las hojas de la libreta dónde te dejas el alma y el bolígrafo medio gastado.

Amar es pasar por todas las estaciones del año. Sentir el frío en verano, el calor axfisiante en pleno mes de enero. Es ver como las flores germinan en otoño y mueren en primavera. El amor es sentir. Es quedarse con uno mismo y curarse.

Amar es vivir.
Amar es crecer.
Amar es una palabra.
Amar ya no es nada.

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