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domingo, 4 de junio de 2017

Hay un corazón roto

Hay un corazón roto
que late con el segundero del reloj
—tick-tack—
Que se para en seco a las en punto
y revive a las doce y un minuto. 

Hay un corazón roto
que no bombea,
que no golpea un pecho,
que no siente,
y sólo es un músculo.

Hay un corazón roto
que ya no está
que ni siente
ni padece
que tiene oscuridad en sus arterias
y sólo el odio viaja por sus tejidos.

Hay un corazón roto
que llora siempre que se despierta.
Llama a las oscuras golondrinas
para que le saquen los ojos,
porque no quiere ver el infierno
no puede soñar cuando sólo conoce las pesadillas.

Hay un corazón roto
que late con el segundero del reloj
—tick-tack—
pero que está esperando a su muerte.
Algún día
todo será una explosión
de sangre mezclada con ilusión.

Hay un corazón roto
que sólo espera una pena más
para detonar.

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