Quejas de nuestro paso por el infierno.
Buscamos luz
en cuerpos fugaces,
en inviernos,
en nosotros mismos
-donde sea-.
Intentamos atrapar cada mísera llama,
Cogiéndola con nuestras yemas,
Encarcelándola.
Pero aún así, suspiramos tan alto,
abrimos la puerta a recuerdos difusos,
Brotamos lágrimas,
Apagamos la única esperanza de huir.
Y nos quedamos abrazando la oscuridad
Un día más
o puede que dos.
.

lunes, 18 de julio de 2016
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario