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viernes, 2 de enero de 2015

Perdemos los dos

Allí estaba ella sentada dándole la espalda al mundo, mirando la puesta del sol con los auriculares puestos y escuchando la canción más estridente de su lista de reproducción. Él llegaba, la vio como siempre tan inmensa en su mundo, estando sin estar, se sentó a su lado, mirando hacia adelante. Ella le miro, se quitó los auriculares y forzó una sonrisa.
-Es bonita, eh - Dijo ella derrochando alegría cuando más rota estaba.
-Sí, bueno, hay mejores. ¿Qué querías decirme?
-¿Se acabó todo?- dijo ella mirando hacia adelante, viendo como el sol se escondía poco a poco y mirando los tonos naranjas del cielo.
-Sí, sabes desde hace un tiempo que no hay vuelta atrás, que los errores se pagan, que todo se tiene su consecuencia, y esta es la suya.- Él lo hizo con la voz casi rota, aún no creía que todo se acabará ahí que ese iba a ser el final de los dos.
-Todos cometemos errores, solo que algunos deciden perdonarse y olvidarse, y otros no. Sabes perfectamente lo que pienso, sabes como era mi situación y lo que estaba pasando. Me conoces mejor que nadie, si no me quieres como antes puedo hacer que me vuelvas a querer. Todo está en tu mano, en si confías en mí o no.
-No puedes hacer ya nada, Nada puede cambiar
Ella suspiro, notó como sus ojos se llenaban de lágrimas y sólo le pudo preguntar: -Entonces, ¿qué hacemos aquí?
-Darle final a algo que estuvo bien- Él lo dijo con un tono tan frio que era como cuchillas le que traspasaron el corazón a ella.
Ella se levantó, se dio la vuelta, y le dijo: -Yo pierdo, tú pierdes, perdemos los dos- Y se fue. 

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